Sistema de financiación de los Partidos Políticos.

El germen de la mayoría de los problemas judiciales que tienen o han tenido los partidos políticos parece residir en su financiación.

En nuestro país nos hemos dotado de un sistema mixto (publico-privado) que en su resultado ha supuesto hacernos trampas a nosotros mismos. Parece quedar acreditado que este modelo de financiación siempre ha resultado insuficiente para sostener la "maquinaría" de los partidos, especialmente en época electoral.

Nunca he entendido como un perfil liberal renuncia o legisla para limitar la financiación privada de los partidos en favor de la publica, más propia de idearios socialcomunistas.

Han ganado la batalla de vincular esta financiación privada con mayores niveles de corrupción (aunque hoy es muy coreado aquello de recortar las "subvenciones" a los partidos), pero esto no tendría porque ocurrir siempre que se creen los procedimientos adecuados de control y fiscalización.

En estos agitados días en los que tanto se habla de cambios de sistemas políticos que acerquen a los ciudadanos a sus electores, siempre sale a colación el método de listas abiertas. Sorprende que partidos que defienden una financiación únicamente publica también lo hagan de este sistema, ya que considero que "atenta" contra su esencia.

Si el objetivo de que cada candidato tiene que trabajar su propia campaña, con cercanía al vecino para hacer llegar sus propuestas y ganarse cada voto, ¿Como se puede hacer esto únicamente con dinero público adjudicado a los partidos para ello?.

¿Si vecinos, entidades, autónomos, empresarios creen que con cierta persona su municipio va a ir a mejor, porque negarle o limitar que pueda apoyar económicamente a este candidato?

Con la transferencia de dinero público a las organizaciones políticas nos encontraríamos en la misma situación que la actual, ya que finalmente sería el aparato del partido el que dispondría de dichos recursos y los repartiría como mejor considerase, limitando el desarrollo de los diferentes candidatos.

Es fundamental en todo momento, y en este en especial, trabajar para que los españoles recuperen la confianza en sus instituciones, ahora mismo tan deterioradas. La política y los políticos son parte fundamental en esta tarea, evitemos "tentaciones" pero no pongamos límites a la democracia.