Comienza el nuevo curso político con la intensidad propia que
marcan las próximas elecciones autonómicas y municipales 2015. Algunos
quieren ahora recuperar el tiempo perdido e incluso hablan abiertamente del
inicio del último curso… los que gobernamos en Alcobendas nunca bajamos el
ritmo, empeñados desde el primer día, en trabajar como candidatos permanente al
servicio de esta Gran Ciudad,
Especial controversia está creando la reforma de la ley
electoral para potenciar la elección directa de los alcaldes. Y aún
entendiendo las dudas de quien cree que con esta reforma se busca una supuesta
ventaja, la realidad es que esta medida se recoge en el
programa electoral del Partido Popular. Ese programa sí, que cuando
no cumple se critica y cuando se cumple se critica también.
En mi trayectoria política, las mayores críticas que he
escuchado han sido sobre aquellos pactos entre distintos partidos para
arrebatar el gobierno al candidato más votado, especialmente en el ámbito
municipal, en el que esta situación siempre solía acabar con que
aquella agrupación con un único concejal – curiosamente, el que
decidía el gobierno - acababa ostentando la delegación de urbanismo y
obteniendo un numeroso grupo de asesores.
Se han podido escuchar "valoraciones" a este proyecto calificándolo de
pucherazo, cazicada y toda serie de adjetivos de la misma naturaleza; pero
¿puede tener esta valoración un procedimiento que nombre como alcalde a aquel
candidato que haya logrado un porcentaje de votos muy importante y/o una
distancia notable con el segundo?
Creo que estos calificativos son más propios para aquellas uniones
entre dos o más partidos (hasta el infinito) para subvertir el resultado de las
urnas. Nunca alguno de estos anuncia a sus posibles votantes de sus intenciones
de apoyar a uno u otro candidato si fuera necesario. Lo estamos viendo
ahora: mientras el PSOE nacional advierte que no pactará con “los radicales de
Podemos” el PSOE de Andalucía advierte que “ya veremos”. ¿En qué quedamos?
El debate se debería centrar en si es preferible un sistema
proporcional o mayoritario. Por ejemplo UPyD apoya el primero y suele mostrar
este gráfico defendiendo que, en las últimas
elecciones generales, el resultado debería haber
sido el siguiente:
La formación magenta antepone sus intereses electorales a un
sistema que garantice la gobernabilidad, países que "gozan" de
sistemas parecidos al que reclama el partido de Rosa Diez se caracterizan por
la eterna inestabilidad política como es el caso de Italia; otro ejemplo
es Bélgica, donde durante más de quinientos días fueron incapaces de poder
formar Gobierno. Sin embargo, una de las principales ventajas del sistema
representativo que propone el Gobierno en su reforma es la de garantizar
mayores posibilidades de formar gobiernos estables.
Podremos discutir si es el
momento oportuno o no; pero estamos ante una medida positiva y abogo por
que se realice está reforma. Con los deberes hechos, lo que menos me importa es
que se haga antes o después de las próximas elecciones.
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