Mediados de los años 90, ante la situación de crisis económica y corrupción generalizada que asolaba el país, decidí dar el paso junto con un grupo de amigos y afiliarme para colaborar en un partido político, el Partido Popular. Primero porque era el que ideológicamente estaba más próximo a mis ideas, y segundo porque en aquellos momentos, representaba el único cambio posible y real para aquella situación irrespirable y para iniciar la regeneración política de las instituciones.He tenido la inmensa suerte de que esa implicación supusiera que la política pasara de ser mi pasión a mi vocación y mi dedicación. Muchas cosas han ocurrido desde esos días y una de las banderas que más orgullosos hemos llevado desde el Partido ha sido la de la honradez.He conocido infinidad de gente que le ha dedicado muchísimo tiempo, esfuerzo y muchos sin recibir nunca un euro público por ello. También a un gran número de cargos electos, gente honesta, íntegra, trabajadora, con vocación de servicio público que se gana con creces el sueldo que percibe por ello.Este principio rector empezó a erosionarse con el caso Gürtel, al que se le decidió dar carpetazo interno lo más rápidamente posible, quizás para que afectara lo menos posible a los resultados electorales del partido y/o porque personas presuntamente (o sin presunción) implicadas en esta trama contaban con la estima personal y profesional además de la presunción de inocencia.La estrategia de mirar hacia adelante y dejar que la justicia sea la que dirima el problema la considero totalmente equivocada y tremendamente perjudicial para la credibilidad del partido. Mariano Rajoy debe implicarse en arrojar luz en estos casos con la mayor celeridad y poner dicha información a disposición judicial. Debemos trabajar para que el ciudadano perciba claramente que, ante la corrupción, la tolerancia es cero; que el que la hace no tiene cabida en el partido; es el único camino para recuperar su confianza.Se deben articular una serie de medidas que no creo que pasen por establecer una especie de "fiscal anticorrupción", máxime si este está o ha estado vinculado al partido. Se trata de aclarar los hechos y no creo que esto recuperara confianza de los ciudadanos en la clase política.El Partido Popular debe volver a hacer suya la bandera de la honestidad, un valor fundamental en política e imprescindible en estos momentos de descrédito total ante la tarea de los políticos, personal y profesionalmente seguiré trabajando para devolver con creces la confianza de todos los que nos la han dado.
martes, 29 de enero de 2013
La honestidad como bandera.
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Totalmente de acuerdo contigo. Un comentario que, seguro, firman muchos ciudadanos simpatizantes de cualesquiera otros partidos políticos. Una opinión valiente y que, creo, es el único camino acertado para reconducir la situación y dar un giro a la opinión pública que, lamentablemente, hace pagar a muchísmos justos por tantos pecadores.
ResponderEliminarFaltan mas voces como la tuya. Lo que tu dices no se oye en los medios, en la calle. Estais como enfangados en el "Y tu más", y mientras la gente de la calle está muy quemada.
ResponderEliminarComo ya apuntaba en la última publicación de "soydealcobendas", no debemos generalizar en cuanto a corrupción se refiere, pero hemos llegado a un extremo en la cual los partidos políticos miran hacia el lado con una permisividad, como si esperaran que lo malo a golpe de repetición se vuelva habitual y como consecuencia parezca, cuando menos, menos malo.
ResponderEliminar¿Que hubiese pasado si este tipo de escándalo, de ser cierto y probado, se hubiese producido en otras democracias? Sin duda alguna la integridad moral de otras democracias se hubiese cobrado justa presa, con independencia de lo que los tribunales dijesen.
Hemos entrado en un descenso en picado, lleno de peligros, la mal llamada clase política, creyente de privilegios, olvido su papel de representante que rinde cuentas al pueblo, viéndose salpicada por dolientes casos de corrupción por doquier.
Es momento de asumir responsabilidades políticas, de dar ejemplo de honestidad y de limpiar la casa desde dentro.
Si hoy yo estuviera en la piel del Presidente del Gobierno de España y del Partido Popular presentaría mi dimisión al Rey como Presidente del Gobierno y a los afiliados como Presidente del Partido, asumiendo de esa manera la responsabilidad política, que no jurídica, de todos y cada uno de los casos de corrupción que afectan al Partido Popular y dando con ello un ejemplo al resto de los partidos políticos y a la ciudadanía.
Enhorabuena por esta reflexión. En los momentos actuales, politicos inteligentes, valientes y comprometidos con la verdad, como te muestras en estas lineas, nos permite a los ciudadanos seguir creyendo en el sistema.
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